jueves, 2 de diciembre de 2010

Siete poemas

Eduardo Milán

ROJOS NADA que decir ni hacer
calle medio iluminada
un semáforo verde, un disco verde
y los plantíos de yuca

el gorro un guante sobre la cabeza
todo lo que está no es
sino imagen
y los plantíos de yuca

esa clase tiene de uno
a otro hemisferio
tendido un electrodoméstico

estandarte de una mente estándar
y los plantíos de yuca

extranjero: frente al objeto
pero en el aire suspendido
mide al objeto que está en el suelo
mesa puesta, mientras cae
el chorro aumenta el volumen
de agua en el vaso
vaso de agua abierto arriba

vaso igual que en la playa el barco
y los plantíos de yuca

puede que el sur esté desnorteado
—las presidencias, las legislaciones
el control férreo del Estado
la hilera de tractores parados
y los plantíos de yuca
¿y los plantíos de yuca qué? no, nada
viento leve en ala de mariposa

*
NADA QUE  hacer
dice nada que hacer, ella
ante todo esto, una muralla
cuatro muros de piedra que podrían
—este presente— apoyar fusilamientos
—este futuro, este impreciso
ir de tumbo en tumbo hacia la escena
redoblante, donde vuelve a doblarse
de tanto en tanto un resplandor
blancoamarillo en el ahora eterno
rostro del goyesco, airado, manos en alto
descubre el pecho, detiene el cielo
la descarga de frente, no de arriba, lluvia

*

NADIE VIO la noche
que parecía tan cercana y clara
la naturalidad de estar cubierto
la costumbre del cobijo
no ver más que lo inmediato
de ahí el salto sublime por encima
la entrada en el afuera de cabeza
sin asideros, ni el asa de una taza
—se fue en la retirada
fabulosa el café—
la necesidad de protección
de lo que hueco, hondo llama
del abismo no de abajo, de arriba
vista antigua de la mirada que se levanta
trata de ver más allá del entretanto
de la carpa, manto
pregunta por qué, por quién, por la noche
no —“no salgas de noche”
pasa la suerte de la víscera a la estrella
nadie vio la noche en ese tiempo
la negra de la zafra de algodón
el blanco del carbón de mina
la noche, ni más ni menos encima
espacio del salir que detiene su carro, espera
la salida completa
sin salvedad, sin restricción, el todo-sin
constelación
sobre los niños —ondean las banderas
nadie ve, ondea la pasión —ingresa
un ingrediente, el mar —sobre la paz que no hay, nadie ve
bastiones del espíritu en harapos
promesa de “habrá polvo, habrá polvo”

el otro ingrediente es el viento
sin que sople en el velamen para salir de ahí
el viento en la noche, otro perdido
nadie ve —es la tiniebla que a ninguno en particular le habla
sucede la descomposición de noche
no che
descomposiciones argentinas y uruguayas
sugiere —dije— Guevara negativo

nadie escribe sobre la noche
una tradición de peso, el peso de la noche
no el nocturno ambulante, insomne, ambos
la noche no me dice nada
qué puede decir si su estar es no decir
igual que en el pájaro pones el misterio
tú, pesa sin pájaro un canto

nadie vio la noche
viola, guitarra
viola, violencia
ahí la noche filtra juegos de lenguaje

*
NECESIDAD DE absoluto
no eternidad, absoluto
lugares de América Latina
que totalizan concreto

si se cierra un puño sin nada adentro, no con nada
ese apretado

con estrías, grietas
totalizar, lanzar el secreto al aire a lo que abarque una red

niños sentados junto a una cesta de mimbre
ríen igual que si los pichones
pinzones —dije
ese apretado es un concentrado, promesa de lluvia

una idea de eternidad canta fuera de aquí
aquí pura gana de absoluto, no canta, no es cierto

*
NINGUNA necesidad

desinterés a mares
igual a igual de un extremo a otro
cuerda que cuelga con las cosas
a dos dedos del piso
agua de la igualdad bulle
mal distribuida en vetas, venas de agua

doble del venado sin ser visto pace

de ahí se surte el ansia de la acción
vuelo invisible de las garzas
ganzúas que rasgan el silencio
poetas, pájaros-poetas
ingresando en fila india en el registro
temporal, intemporal

fila india, tiendas
piedras que se siguen al peñasco
tiempo, otra
pausa, levantar del suelo al caído
paso a paso, niño, res, osezno
levantar el reflejo de la luna en el río
ponerlo a secar sobre la hierba
una vez no, lobezno, lo que reste

*

NO ERES nadie si nadie te quiere
eres otro, no nadie

arabesco, sinuosidad
en vez de nacer hacia fuera
no nace hacia dentro
nace hacia abajo

salvo que te ames a ti mismo
a la vuelta del arado

ahora se codicia el amor de nadie
ahora que ahora es el sujeto del tiempo
nacer hacia fuera corresponde al aire
el parto, el grito, el llanto, la llegada

*

EL QUE dice “la hacienda Menecucho”
se las trae, las acarrea
algo tenso entraña el pasto
tersa la piedra seca bajo un álamo verde
dando sombra, lo que funda suelo
vayan a la taberna en cuanto aquí se cuecen habas

yo digo hablar de lo que no habla
no tanto hablar de lo que no se habla
ley no, código desconocido
es posible imaginarlo remontando el tiempo
al que dice “la hacienda Menecucho”
balancea debes y haberes, lo que queda, lo que fue
gasto de la gesta que recortó el sentido
atropellarse de grillos, lenguaje, barro
laqueado por el brillo, despilfarro
mucho, demasiado para resplandor blanco de hilacha
ella se rescata por caer de vida
es que leche materna de vaca
esqueleto pulido de vaca bajo la luna tupida

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